La AEAT no logró demostrar la sucesión empresarial: la sala anula la responsabilidad solidaria

La Agencia Tributaria intentó declarar responsable solidario a un empresario por una deuda tributaria de una sociedad. Para hacerlo, la ley exige que se cumplan ciertos requisitos muy concretos: por ejemplo, que la persona haya colaborado activamente en una infracción, que haya una sucesión real en la actividad económica (es decir, que haya seguido con la misma empresa, empleados, locales, maquinaria...), o que se hayan ocultado bienes para evitar que Hacienda cobre.

Pero en este caso, la Sala fue tajante: no se había probado ninguno de esos supuestos. No bastaba con que el nuevo negocio tuviera el mismo nombre, ni que compartieran socios o administradores. Tampoco se demostró que se hubiese continuado con la misma actividad usando los mismos recursos. En resumen, la supuesta “sucesión empresarial” no era tal.

El tribunal recordó que la carga de la prueba recae sobre la Administración, y que no se pueden aplicar estas medidas tan graves sin evidencias claras. La simple sospecha o la coincidencia de personas no justifica atribuir deudas ajenas. La falta de elementos materiales y personales comunes entre ambas actividades fue clave para tumbar la reclamación.